Washington, D.C.- El jueves pasado pudimos hablar con Kani Xulam sobre la cuestión kurda. Kani es el fundador de la American Kurdish Information Network, el único lobby kurdo de Washington. Se dio a conocer como activista a mediados de los 90 cuando empezó una huelga de hambre en las escaleras del Congreso, y fue objeto de artículos, y reportajes.
A través de historias personales y de otros prominentes activistas kurdos, Kani nos transmitió la angustia que vive el pueblo kurdo. La llegada de la Nación-Estado y el consiguiente nacionalismo terminó con la libertad de hablar y definirse como kurdos. El sultanato otomano definía a sus súbditos como creyentes y permitía gran libertad tanto de gestión como de identidad. ¿Sería posible trascender el modelo de Estado-Nación y conseguir libertad sin un estado independiente?
Divididos en cuatro países –Turquía, Irán, Irak y Siria– los kurdos parecen estar lejos de alcanzar un Kurdistán unificado. Ni siquiera hay un movimiento kurdo común. Los “kurdos-iraquíes” están muy organizados y desde la invasión de Irak en 2003 han avanzado enormemente en su causa. Según Kani, parte de la reticencia de hablar de “kurdos” en general y limitar su discurso a los iraquíes está relacionado con la posible respuesta de Turquía, que hoy representa una salida estratégica para los kurdos en Irak. En cualquier caso, Kani sueña con que algún día un Kurdistán unificado e independiente se haga realidad.