John Bell* empezó destacando que si bien el conflicto palestino-israelí siempre está “en portada”, en los últimos días ha crecido la expectación sobre qué pasará tras el anuncio por parte del presidente Abbas de solicitar la incorporación de Palestina como Estado miembro de Naciones Unidas.
Para comprender mejor el contexto en el que se plantea dicha solicitud, hizo en primer lugar una referencia al contexto histórico del conflicto, señalando que tras las revueltas de la llamada Primavera Árabe, se puede considerar que ha acabado una etapa, la iniciada con la firma de los acuerdos de Oslo. En este sentido, indicó que las últimas rondas de negociaciones (incluyendo Camp Davis y Annapolis) fracasaron en el intento de lograr que ambas partes lograsen llegar a un acuerdo para poner fin al conflicto. Y destacó que con independencia del resultado de la propuesta llevada ante Naciones Unidas, ésta tiene un alto valor simbólico, pues supone dar un paso hacia adelante ante el estancamiento del proceso.
En segundo lugar, explicó los siguientes pasos tras el anuncio de Abbas, resaltando en todo caso que la decisión final puede demorarse varios meses: después de entregar la solicitud al Secretario General de Naciones Unidas, éste deberá presentar un informe al respecto ante el Consejo de Seguridad. Y son cuatro países europeos los que tienen la llave para que dicha solicitud sea aprobada o no. En principio, Francia daría su apoyo, Alemania lo rechazaría, Reino Unido se abstendría, y queda la duda sobre qué posición tomará Portugal. Consideró que si bien la “batalla” esté perdida ante el Consejo de Seguridad, debido a que Estados Unidos ejercerá su derecho de veto, no se puede considerar que haya sido derrotada esta iniciativa, pues otros Estados también vieron rechazada de entrada su solicitud. El siguiente paso sería acudir ante la Asamblea General para pedir un estatus de observador. En la decisión que a este respecto adopte la Asamblea, con independencia de que no sea vinculante, consideró que debería hacerse referencia a una serie de cuestiones clave sobre el conflicto, en particular a los refugiados palestinos.
Finalmente, señaló que la Primavera Árabe ha tenido un impacto doble, al haberse empoderado las poblaciones para reclamar por una parte reformas sociales y para acabar por otra con gobiernos autoritarios. Adicionalmente, han demostrado que están dispuestos a luchar contra aquello que no les guste, incluyendo la ocupación de los territorios palestinos. En este sentido, destacó que si bien entre 1948 y 1967 los Estados árabes apoyaron a los palestinos en el conflicto con Israel, posteriormente cada Estado definió de manera unilateral su relación con Israel. La Primavera Árabe ha servido para que se vuelva a regionalizar el apoyo a los palestinos y la reivindicación de los acuerdos del 67, para cuya aplicación el escollo más importante serán los colonos israelíes; y para iniciar el largo camino hacia la construcción de los Estados donde han caído los viejos regímenes, en el cual será clave garantizar mayor descentralización y avanzar en la convivencia de los diferentes colectivos/etnias que habitan en cada país.
* John Bell, John Bell. Director programa de Oriente Medio del Centro Internacional de Toledo para la Paz (CITpax).Fue Director para Oriente Medio en Jerusalén de la organización de resolución de conflictos Search for Common Ground en Jerusalén. Asimismo fue diplomático en Naciones Unidas y Canadá.
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