Washington, D.C.: A Germà Bel, catedrático de economía de la Universidad de Barcelona y experto en economía de las infraestructuras, le preocupa una pregunta: ¿por qué alrededor de un 25 por ciento de catalanes no independentistas votarían a favor de la independencia? «Porque es la segunda mejor opción», responde; «existe un problema de confianza», que lleva a muchos catalanes a buscar otras opciones a la relación con España y, según Bel, estos ciudadanos, «entre los que me encuentro yo, no creen que haya otra solución posible».
Bel ha publicado ampliamente sobre cómo la inversión en infraestructuras en España —como el AVE y las autopistas— refleja un proyecto centralista del gobierno de Madrid. España «sufre de un fallido nacionalismo a la francesa». Según Bel, «se intentó aplicar el mismo modelo homogeneizador y centralizador pero nunca se implementó con el mismo éxito que en Francia».
Este catedrático de Economía critica que no se llame a las cosas por su nombre. «¿Por qué hablamos de unidad de mercado cuando lo que preocupa es la unidad nacional?», «¿Por qué invertimos en trenes de alta velocidad hacia el centro si a la periferia le interesaría más el transporte de mercancías?», «¿Si hablamos de solidaridad territorial, por qué no aplicar la misma regla a todos por igual incluidos conciertos económicos y regímenes forales?», «Se podría aplicar el principio de ordenalidad —que garantiza que la aplicación de los mecanismos de nivelación no altere la posición de Cataluña en la ordenación de la renta per cápita entre las comunidades autónomas antes de su nivelación— y mantener un sistema de transferencias en base a la solidaridad», se preguntó reiteradamente Bel durante su exposición. Pero a día de hoy, «incluso si se llegase a dicho acuerdo, habría un problema de confianza y la sospecha de su incumplimiento», concluyó.
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