28/4/08 Idoia
La integración del inmigrante en España es entendida como un proceso que conlleva varias dimensiones altamente relacionadas. La mayoría de los Planes de Integración regionales desarrollan estrategias para la integración económica, social, cultural del inmigrante, no así para el desarrollo de su dimensión política.
La dimensión política de la integración supone la capacidad de intervencionismo político como agente colectivo. Esto es, la posibilidad de que la asociación de inmigrantes, como agente de representatividad colectiva, pueda influir en las políticas públicas, pueda ser parte del proceso de toma de decisiones y tenga presencia en los espacios participativos institucionales como defensor de los derechos de los miembros que lo componen.
Por lo tanto, la integración política del inmigrante no se limita al derecho de sufragio activo y pasivo. También supone una serie de derechos de participación: asociación, reunión, manifestación y sindicación.
En España la mayoría de estos derechos políticos están seriamente limitados pro estructuras legales complicadas de modificar:
– La Constitución , artículo 13,2, literalmente prohibe el sufragio pasivo y activo a los no nacionales, a menos que exista un acuerdo o tratado entre países que responda al Principio de Reciprocidad. El Tratado de Maastricht cumple con este Principio de Reciprocidad permitiendo a todo inmigrante nacional de país miembro de la Unión Europea votar en comicios locales. España no tiene este tipo de acuerdo con ningún otro tercer país.
– El derecho a la asociación esta PROHIBIDO para los irregulares
– El derecho de sindicación esta también PROHIBIDO para los no nacionales.
Este marco legal tan restringido limita las opciones del inmigrante para desarrollar sus derechos políticos en España. Por ello es importante aunar esfuerzos entre los diferentes agentes sociales para, por un lado, generar cambios a largo plazo ( como es una posible modificación del requisito de Reciprocidad) y por otro, promover y fortalecer los derechos políticos que los inmigrantes ya están en condiciones de disfrutar. El fortalecimiento del asociacionismo inmigrante es una de las opciones con mayor impacto a corto plazo y una de las pocas opciones dentro de los margenes legales existentes.
Para desarrollar una estrategia para el fortalecimiento del asociacionismo inmigrante, es importante tener en cuenta que no se trata de crear nuevas asociaciones, si no de dar instrumentos de apoyo para fortalecer las iniciativas asociativas que han surgido de forma natural. Pero al mismo tiempo, y con el objetivo de evitar tendencias exclusionistas y xenófobas, es importante crear canales participativos en donde estas asociaciones de inmigrantes puedan tener un campo de actuación público e influyente.
Lo anterior, en la práctica se traduciría en dos lineas de política pública concretas:
1. Fortalecimiento la capacidad institucional de las asociaciones como entes orgánicas agentes de intervención publica.
2. Creación de espacios de participación donde estas asociaciones se integren con los demás agentes de interés, y se relacionen con representantes de otros colectivos, tanto en temas que les afecta por su condición de inmigrantes, como en otros muchos temas de interés general.
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