Irán, la charada de los charlatanes – Por José Serralvo

Los zocos y los colodros son dos clases de zapatos de madera casi completamente en desuso. Hay quien dice que eran más seguros para la ejecución de ciertas actividades laborales, pero su incomodidad acabó por condenarlos a un tal vez injusto ostracismo. De lo poco que nos queda del tiempo en que nuestros estoicos antepasados iban por la vida con los pies forrados de madera es la expresión «andar de zocos en colodros», que si bien hoy día se entiende como ir de mal en peor, solía hacer referencia a ir de mal en mal, sin ninguna alternativa favorable. Y ése ir de zocos en colodros es exactamente lo que está pasando actualmente en Irán, y lo que habría seguido pasando al margen del resultado de las elecciones.

Ante las posibilidades de fraude y las incesantes protestas, los medios de comunicación de todo el mundo se han lanzado con tesón a una exhaustiva cobertura de cuanto pasa en la antigua Persia. Desde Occidente, personalidades políticas como Steinmeier, el ministro alemán de Exteriores, o Joe Biden, el vicepresidente norteamericano, han expresado su preocupación por unos comicios irregulares. Y la forma en la que la información se está difundiendo hace pensar (erróneamente, como trataremos de explicar) en otros desastres electorales, de la índole de los vividos en Nigeria en 2007 o en Zimbabwe en 2008.

A nivel interno, como no podía ser de otra manera, se han desplegado todos los medios para mantener a la población distraída con la tan bien montada farsa. Nos enteramos así de que Musaví, el candidato «reformista», ha pedido al consejo de guardianes (y la ausencia de mayúsculas lleva aquí toda su carga cortaziana, pues fue probablemente el intelectual argentino el primero que, en referencia a la junta militar chilena, consideró que las mayúsculas eran en ciertos casos inmerecidas muestras de respeto) que anule los resultados electorales, mientras Ahmadineyad, el ultraconservador que parece haber ganado los comicios, es capaz de afirmar que se trata de «un triunfo del pueblo contra aquellos que son sus enemigos».

Se vende pues a la opinión pública, tanto dentro como fuera de Irán, la idea de una confrontación entre inmovilismo y cambio, entre fraude y limpieza electoral. ¿Qué hay de cierto en todo esto? ¿Y qué de peligroso?

Para entender la postura de Occidente, es importante mencionar de pasada la importancia geoestratégica de Irán. En primer lugar, junto con Arabia Saudí y Canadá, se trata del Estado con mayores reservas de petróleo mundiales. Es además el país que más refugiados externos acoge en el mundo y, dadas sus fronteras con Afganistán e Irak, está destinado a jugar un papel cardinal en la estabilización de la región. Si todo lo anterior no fuese suficiente, y por no citar más que uno más entre la miríada de asuntos candentes que involucran al país persa, el programa nuclear iraní y las incesantes amenazas a Israel explican también el interés de Occidente por mantener unas relaciones tan fluidas como sea posible.

El error no está pues en reconocer el enorme peso de los iraníes a nivel internacional, sino en creer que estas elecciones iban realmente a cambiar alguna cosa. En este sentido, la ofuscación mediática ha sido tal que incluso el director del New York Times ha llegado a señalar las dificultades que plantea la continuidad de Ahmadineyad como presidente de la República Islámica de Irán. ¿Hasta donde está llegando nuestra ceguera?

Nadie duda que Ahmadineyad es, como ha demostrado en estos últimos cuatro años, un interlocutor deplorable. Pero la forma candorosa e ingenua con que se están analizando estas elecciones parece dejar de lado varios hechos fundamentales, pese a que son por todos conocidos, entre otros que:

i. La ley iraní establece que todos los candidatos presidenciales han de ser aprobados por el consejo de guardianes, institución en la práctica controlada por el ayatolá Jamenei. El pasado mayo se negó la posibilidad de participación a decenas de candidatos, entre los que se incluía, por supuesto, cualquiera con ideas auténticamente reformistas, amén de todas las mujeres que, gesto valiente donde los haya, tuvieron la osadía de intentar colar su candidatura.

ii. En Irán, la totalidad de los medios de comunicación están controlados por el régimen, que ejerce una estricta vigilancia sobre ellos, dando lugar al que probablemente sea el mecanismo de censura más luctuoso de nuestros tiempos.

iii. Si lo anterior no bastase, y suponiendo que un candidato reformista llegase a participar en las elecciones iraníes, su poder de decisión sería mínimo, casi nulo. Y es precisamente aquí donde reside la diferencia con otros casos de elecciones fraudulentas, como los de Nigeria o Zimbabwe. ¿Qué cambios puede introducir un «reformista» en un régimen en el que el verdadero poder está en manos de un obcecado como Jamenei y la mesnada de títeres del consejo de guardianes, que además de tomar todas las decisiones más trascendentes tiene derecho de veto sobre las restantes?

Para responder a lo anterior basta con volver la vista atrás al «reformismo» de Muhammad Jatami, presidente de Irán entre 1997 y 2005, cuyo programa electoral apenas si difería del que nos presentaba ahora Musaví. Ni se satisfizo entonces ninguna demanda de la hastiada población joven, ni se mejoró en absoluto la situación de las mujeres. El país siguió anclado en un anacrónico régimen dictatorial, en el que la acérrima persecución de las élites intelectuales no cesó ni un ápice y donde, por añadidura, nunca dejaron de cumplirse los requisitos que en su día apuntó Hannah Arendt como propios del totalitarismo.

En efecto, la reaparición de los mal llamados «reformistas» no es más que una de tantos mecanismos de distracción de la desdeñable teocracia. Cada vez que el malestar de la población y las protestas parecen alcanzar límites incontrolables, el consejo de guardianes deja que alguien con ideas ligeramente distintas (pero no en exceso, y que en ningún caso podrán llegar a implementarse) pase su estricto filtro. Panem et circenses, decían los romanos. En Irán, con una economía agarrotada por la bajada en el precio del crudo y una población sumida en la miseria material y social, el circo se ha llevado esta vez, tal y como se hizo en 1997, hasta sus máximos extremos.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, la preocupación occidental por las pasadas elecciones ha tenido lugar desde un ángulo de absoluto extravío informativo, encandilado por la charlatanería del ayatolá Jamenei y sus secuaces. Que revistas tan prestigiosas como el Economist califiquen de «cuasi-elecciones» estas pseudo-elecciones no hace sino probar lo absurdo de la situación.

Es evidente que nadie gusta de soportar al señor Ahmadineyad otros cuatro años, pero un resultado electoral distinto, lo repetiremos hasta la saciedad, no habría hecho más que cambiar la apariencia del inicuo Irán de nuestros días, tal y como una nueva fachada habría dejado incólume la tiranía de los campos de concentración nazis o los gulags soviéticos.

La participación masiva en estas pasadas elecciones, a la que la gran mayoría de iraníes se ha visto engañada, ha tenido pues una consecuencia desastrosa, a saber: legitimar un régimen que no tiene ningún tipo de justificación, ni política ni moral, en pleno siglo XXI. «Reformistas» o ultraconservadores, las elecciones iraníes, cualquiera que fuese el resultado, estaban condenadas a ser un paseo de zocos a colodros, igualmente penosos y arduos de soportar. Las babuchas, precisamente de origen persa, mucho más ligeras y cómodas, son el calzado que los iraníes deberían haber podido llevar cuando acudieron a las urnas el pasado 12 de junio. Lástima que esta opción, hoy por hoy, siga siendo completamente inviable. ¿Qué diría la pobre Schahrazada, narradora de Las mil y una noches, si la obligasen a ir descalza, o peor, con los pies envueltos en madera, a ejercer el más básico de sus derechos?

Un comentario sobre “Irán, la charada de los charlatanes – Por José Serralvo

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  1. CUIDADO CON IRAN ES UN PAIS ENAJENADO POR UNA RELIGION EQUIVOCADA Y ASESINA
    Quiero aclarar un punto importante que la mayoría de la gente no conoce sobre asuntos de religión y de fe en un Dios verdadero el cual evidentemente fomenta el amor, la tolerancia, y sobre todo está en contra de la injusticia y de los asesinatos. (Si pudieran analizar todo el relato bíblico, tanto las Escrituras hebreo-arameas y las Escrituras griegas cristianas, llamado también Evangelio) se darían cuenta que lo está escrito en la Biblia son profecías mucho más antiguas que el Corán y cumplidas muchos siglos atrás. Por ejemplo, en el libro profético de Daniel, se habla sobre los Medos y los Persas y cómo libraron batallas contra Babilonia, se menciona que Babilonia cayó en manos de los Medos y los Persas, asímismo Persia cayó en manos de Alejandro Magno llamado El Grande, gobernante de la antigua Grecia. La Biblia habla en el libro profético de Daniel y en el Apocalipsis del «cabalgar de las potencias mundiales» y menciona a Babilonia, Asiria, Egipto, Medopersia, Grecia, y en el tiempo de escribir las Escrituras Griegas la potencia era Roma, y en el libro profético de Daniel se menciona una séptima potencia mundial que todavía no llegaba y que iba a ocupar el lugar de Roma. ¿Quien surgió despues de Roma? no se necesita gran inteligencia para observar quién es la séptima y última potencia mundial señalada en la Biblia y que también se le señala en la profecía de Daniel como una bestia con garras de hierro y dientes formidables. Entonces: ¿Quién gobierna como la séptima potencia mundial y quién gobierna el mundo comercialmente y militarmente e ideológicamente? pues nadamenos que la Gran Bretaña y los Estados Unidos de América. En el Libro profético del Apocalipsis el apóstol Juan menciona claramente que esta bestia salvaje de siete cabezas y diez cuernos representada por Babilonia; Asiria; Egipto; Medopersia; Grecia; Roma; Gran Bretaña y Los Estados Unidos de América, son gobiernos claramente en oposición al Dios verdadero y todos estos serán destruidos por YAHWEH, cada uno a su debido tiempo. Pero aquí quiero recalcar que Persia, sí, la República Islámica de Irán en nuestros tiempos, ha manifestado especial iniquidad al no reconocer a Cristo como el salvador, como el único mediador entre el único Dios Todopoderoso YAHWEH y la humanidad y por eso se hace doblemente merecedor de muerte, y al imponer su religión mediante la espada, como lo hizo la inicua religión católica durante el oscurantismo, y durante el absolutismo europeo y en parte del renacimiento mediante la inquisicón fundamentado en reyes supuestamente de orígen divino y validados mediante un líder impuesto por Roma llamado «El Papa.» Actualmente Irán en este siglo XXI, está viviendo una situación similar a la que vivió Europa bajo la bota de la Iglesia Católica en dicho período mencionado. La inicua República de Irán ha impuesto a su pueblo la una ley parecida a la ley de Moisés, conocida como la «Ley Mosaica» pero Irán lo ha hecho basándose en el Corán, con su propia interpretación torcida del mismo, muy alejado del amor, la tolerancia, dicha interpretación o pseudo-jurisprudencia particular del Corán, basada en la venganza, en el asesinato, la intolerancia y la imposición ideológica mediante la espada y así Irán invalida el sacrificio de Cristo y debido a eso está muy alejado del Dios verdadero. Eso lo ha llevado a cometer asesinatos en contra de su propio pueblo, sí, asesinatos crueles en la horca y lapidaciones a niños, niñas, mujeres, por cuestiones por las que Cristo perdonó. Y hay que aclarar que el corán (con minúsculas) fue escrito muchos años después de que se escribió el último libro de la Biblia. Hay un pasaje biblico en Apocalipsis Capítulo 22: 18-19-20: Dice: «Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Capítulo 22:19: «Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la Santa Ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.»
    Capítulo 22:20: «El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven Señor Jesús.» Quiero mencionar que el corán fue escrito cientos años despues de la ultima profecía de la Biblia, alrededor del año 500 E.C., eso significa que EL CORAN ES MALDITO al haber añadido conocimiento fuera de la Biblia, fuera de las Santas Escrituras, y contra El Señor Jesús y contra YAHWEH y por haber reescrito a su manera y bajo su propia interpretación y a conveniencia de los califas de ese tiempo los Escritos Sagrados de la Biblia. Por lo tanto Irán es doblemente inicuo. Irán es una de las partes más prominentes del anticristo señalado en la Biblia. De todas formas todas las potencias mundanas serán destruidas, pero Irán lo será con mayor justificación, Irán ha desgastado su propia historia, una historia que lo marca siempre como en oposición al Dios verdadero, una cultura históricamente basada en la barbarie y en la intolerancia, en el asesinato. Irán también se ha desgastado políticamente al permitir que su política la manejen líderes religiosos al estilo de los fariseos del tiempo de Cristo, que daban más énfasis a su propia interpretación de la Biblia (véase Talmud) llena de reglas y procedimientos incumplibles que a los mismos Escritos Sagrados llamado La Torá o Ley Mosaica. Irán también ha agotado su credibilidad al apoyar el genocidio plenamente demostrado por ejemplo en el Holocausto, hecho reconocido que ocurrió en la Alemania Nazi durante la segunda Guerra Mundial, hecho muy grave, y grave el hecho que Irán lo niegue debido a su arrogancia, a su odio, a su mala interpretación de su equivocada e inicua religión musulmana. Se dice que ésta vida es como un boomerang, que todos los actos que uno realiza tanto buenos como malos se regresan de la misma manera. La intolerancia, el odio, los asesinatos y el doble discurso pseudo-religioso y político lleno de mentiras de Irán claro está que se le regresarán, ya sea por su propio pueblo cansado o por sus enemigos como históricamente se ha visto entre las potencias de la humanidad. Es claro que a Irán le interesa más el comercio con el mundo y la legitimación de sus inicuos Ayatollahs-Políticos mundanos mediante una falsa y torcida religión, que el practicar realmente una religión en donde realmente se enseñe el amor, la tolerancia, la verdad y a pesar de la posición estratégica de Irán en el Oriente Medio, ésta es una nación tercermundista que no ha aportado nada positivo a su propio pueblo ni a la humanidad. Que el Dios verdadero pronto ejecute a Irán, a sus ayatolas y a sus inicuos jueces, que pronto Persia sea juzgada con toda severidad por todos sus actos de genocidio y maldad y que se borre toda su inicua historia, basada únicamente en odio, venganza y muerte para su propio pueblo y para otras naciones…Gracias.

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