Madrid– Emilio Cassinello Aubán, director del Centro Internacional de Toledo para la Paz, participó en el último foro Zorba, el pasado 22 de febrero, para compartir con nosotros sus recuerdos del fallido intento de golpe del 23-F. Comenzó su relato contándonos que vivió en México con su familia, entre 1939 y 1957, como refugiado político, por lo que se considera “un español que tiene otro tanto de mexicano”. Con 21 años volvió a España, y en el año 1965 ingresa en el cuerpo diplomático, contra todo pronóstico, ya que, entre otras cosas – y además de ser hijo del exilio republicano- durante tres años no se habían convocado oposiciones.
Como Consejero Cultural en la Embajada de España en México (recién reanudadas las relaciones diplomáticas), tuvo ocasión en 1978 de vivir uno de los momentos más singulares de su carrera, del que guarda un especialísimo recuerdo: ejercer de “maestro de ceremonias” del encuentro entre los Reyes de España y Dolores de Rivas Cherif, viuda de Manuel Azaña (durante la visita que efectuaron a México en aquel año), lo que simbólicamente suponía el reencuentro de la legitimidad republicana con la legitimidad monárquica, entre la esposa del último Jefe de Gobierno legítimo español con el primer Jefe de Estado de una democracia parlamentaria, después de las tragedias de la Guerra Civil y la Dictadura.
En 1981, año del golpe de Estado, Emilio Cassinello ocupaba el cargo de Director General de Organismos y Conferencias Internacionales. El día 23, cuando se produjo el asalto al Congreso se encontraba con Carlos Robles Piquer, a la sazón Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y con otros Directores en una reunión con el Ministro de Asuntos Exteriores de la India en su visita oficial por Madrid. Minutos después de las 18:23 de la tarde, el chofer de Robles Piquer interrumpe la reunión, y acercándose a él, le cuchichea algo al oído. Emilio Cassinello acertó a escuchar las palabras “tiros y Parlamento”, y pensó que debía tratarse del parlamento indio. El Secretario de Estado cancela rápidamente la reunión, y se dirigen al Congreso de los Diputados.
En esos momentos nadie imaginaba que se pudiera estar desarrollando un golpe de Estado. Había un desconcierto total. Al llegar a la Carrera de San Jerónimo se encuentran un cordón militar que les impedía el paso. Carlos Robles Piquer, como Secretario de Estado, acudió a reunirse con otros Secretarios de Estado en el gabinete provisional que se había conformado en el Ministerio del Interior, al estar los Ministros retenidos en el Congreso.
Los Directores Generales optaron por irse al Ministerio de Asuntos Exteriores, donde en la entrada se encuentran con un número inusual de guardia civiles: doce, sentados de 6 en 6, uno detrás de otro y alguno de ellos, comiendo bocadillos de chorizo. La pregunta que se hacen en esos momentos es si “¿están para protegernos o para controlarnos?”. Todo parecía formar parte de un guión esperpéntico y una escenificación grotesca, con militares y guardias civiles desprovistos hasta de uniformidad. Se dirigieron al despacho del subsecretario y comenzaron a trabajar, intercambiando cables con otras embajadas españolas y con representantes de las delegaciones diplomáticas. El desconcierto seguía siendo total, nadie sabía nada seguro, y todo eran hipótesis. No obstante recuerda cómo salieron a comprar la edición especial del periódico El País a un quiosco de Sol donde silenciosos ciudadanos guardaban cola guardando el más absoluto orden.
Ese día, la tribuna de prensa del Congreso estaba prácticamente despoblada porque que era una sesión de trámite. Se efectuaba la votación para la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo, candidato de la UCD, a la Presidencia del Gobierno. Un dato curioso es que las imágenes del golpe se retransmiten por televisión antes en EEUU que en España (las cámaras de TVE estaban grabando, no transmitiendo).
Emilio dice que la figura del Rey es obviamente crucial ya que su negativa a apoyar el golpe permitió abortarlo a lo largo de la noche y desautorizar al general Milans del Bosch – único Capitán General que sacó los tanques a la calle. También comentó que Javier Cercas, en su libro “Anatomía de un instante”, habla de tres golpes de estado: un golpe de Tejero contra Carrillo, otro de Milán del Bosch contra Gutiérrez Mellado, y un tercero de Armada contra Suárez.
Asimismo, opina que de haber salido adelante el golpe de Estado hubiera sido terrible para España, por la fragilidad de la situación política y económica en la que estábamos. Para él fue un momento que no podrá olvidar, con muchos interrogantes de recorrido (hoy prácticamente todos despejados), pero que, al fin y al cabo terminó bien, porque la operación fue abortada e hizo de vacuna frente cualquier otro intento de intervención castrense.
Emilio Casinello Auban siempre fue un estudiante y profesionista brillante, tanto en México como en España y donde ha estado como diplomático. Sus comentarios inteligentes y sus acciones siempre atinadas y rápidas a más de su generosidad innata, lo han llevado a ocupar los cargos tan distinguidos que ha desempeñado, tanto en al ámbito internaional como diplomático y en el docente. Por otra parte, es de reconocerse, que las olimpiadas de Barcelona 91, han sido una de las celebraciones más espectaculares que ha tenido España y el mundo. Felelicidades a este hombre fuera de serie y a España por contar con un ciudadano tan especial.