Washington, D.C.- Que convocásemos con 3 días de antelación y la sala estuviese llena no ha sido casualidad. Por un lado, el curriculu, del ponente, Juan Pablo Bonilla, es un gran reclamo. Juan Pablo es asesor principal de la Vicepresidencia Ejecutiva del BID, coordinó las actividades relacionadas con Cambio Climático en el BID, trabajó en el Banco Mundial, estuvo en la Junta Directiva del Mecanismo de Desarrollo Limpio ante la Organización de las Naciones Unidas y fue Viceministro de Medio Ambiente de Colombia con 31 años. Por otro lado, la sostenibilidad se ha convertido en un tema central en las instituciones de Washington. Así lo reflejaba el hecho de que muchos de los que estaban sentados en la mesa trabajen de una forma u otra en este tema. Y cómo exponía Juan Pablo, esa centralidad va más allá de Washington.
Una de las cosas que reclamaba Juan Pablo es un giro hacia la adaptación. Los esfuerzos de la comunidad internacional se han centrado en demostrar y convencer de la ciencia que demuestra el cambio climático y el hecho de que sea antropogénico. Ya existe un marco regulatorio e institucional para la mitigación, pero los recursos destinados a la adaptación son mucho menores. Sin embargo la adaptación es el gran reto para regiones como Centroamérica, donde ya no hace falta un tornado para causar grandes desastres. Con una tormenta tropical basta.
A día de hoy está consolidado el vínculo entre desarrollo social y cambio climático. El desafío es extenderlo a los problemas de adaptación a los impactos del cambio climático. Son muchos los ejemplos. Los impactos son tan inmediatos que no se puede esperar a la acción internacional. Se trata de actuar a nivel local. Ya hay muchos proyectos en marcha, como programas contra el dengue y la malaria en regiones andinas donde no existían estas enfermedades (las temperaturas eran bajas y no permitían la presencia de los mosquitos portadores), o el mismo Starbucks que está desarrollando un café resiliente en Chiapas.
El éxito de las acciones de adaptación en cada país estriba en que se diseñen como acciones transversales. Se tienen que coordinar los ministerios de medioambiente cono los de hacienda, transportes, desarrollo, etc… Es necesario involucrar al sector privado con las herramientas de regulación y subsidios, con incentivos y de forma gradual.
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