Washington, D.C.- Pablo Gato, periodista y fundador de Gato Communications, fue el invitado de anoche. Pablo tiene una larga trayectoria como periodista –más de 30 años– y la mayoría de ese tiempo ha estado en Estados Unidos trabajando para el público hispano. Para bien y para mal, el periodismo latino tiene menos recursos, nos decía ayer, y por lo tanto pudo cubrir lo que más le interesaba: la guerra. Como periodista, ha cubierto la mayoría de los conflictos ocurridos durante las tres últimas décadas con el objetivo de cumplir un servicio público, de informar de la realidad sobre el terreno.
Pablo Gato admira el periodismo estadounidense ya que considera que es el más independiente, probablemente porque hay una tradición democrática más larga. Claro que no está exento de problemas, ya que los intereses corporativos y comerciales tienen un peso innegable. Intereses comerciales de medios en los que ha trabajado se han interpuesto múltiples veces en su camino.
Una de las preocupaciones de Gato es la “sensacionalización” o el amarillismo en la que ha caído el periodismo. La competencia, la falta de recursos y la proliferación de información gratuita ha llevado a un modelo de periodismo que cada vez cubre menos noticias importantes y con menos profundidad. El desafío actual consiste en encontrar un modelo que haga sostenible un periodismo de investigación de calidad. El ejemplo de ProPublica representa la vía de la filantropía combinada con las contribuciones voluntarias, pero ¿es sostenible o replicable a gran escala?